Lancemos una mirada en alto. Otea el Córdoba CF de nuevas alas, planeando, la salvación, la visita a Numancia, los efectos de todos los posibles resultados, a corriente de un aire renovado. Y vuela, tan alto, como lo llevan sus caravanas, su esfuerzo, su creencia y las victorias. El equipo de Sandoval sube a cinco partidos invicto. Conviene ganar. El trayecto es corto. Para la permanencia quedan millas.
Volátil es el estado de ánimo. Sandoval intenta perpetuar la confianza, al menos, aislar el miedo. Ha conseguido que el equipo despegue. Y el símil futbolístico le lleva a Los Pajaritos, el estadio numantino. Donde trina un canto de Play Off, un aire irregular para el equipo de Arrasate, que como el Córdoba CF, y a estas alturas de campeonato, no se puede permitir muchos más aterrizajes.
Vuelve Javi Galán
Va la jornada treinta y tres. El sábado santo, a la santa hora de las cuatro de la tarde. El equipo blanquiverde visita uno de los campos más difíciles de toda la categoría de plata. Llevarse algún botín de Los Pajaritos, que muerden, está muy caro. El estadio numantino pasa a ser el numantino estadio. De Numancia solo han salido once de los cuarenta y cinco puntos allí disputados. Si bien, el último fue el Real Zaragoza (1-2), a primeros de Marzo. Los de Soria intercalan derrotas con victorias. Imprevisibles, pero a un pío de los afortunados seis.
A esto, el Córdoba CF triunfal del último mes, cuenta sus dos últimas salidas con victorias. Ganó en Alcorcón y ganó en Tarragona. Se zafó del horror de salir de casa. Visita Numancia. Recupera a Javi Galán en la zurda. Quién va a jugar de inicio parece claro. El objetivo, más. Por tanto, las previas hablan de una bandada de horas hacia lo que no tiene espera. Lo definitivo en la fase final del campeonato. Quedan diez partidos para acabar, para definir de una qué pasa con el Córdoba CF. En qué categoría jugará el año que viene. De momento, juega en la de creer en sí mismo. Y eso, a ojos de los rivales, le hace ser muy peligroso.
