CORDOBA CF

Copa y puro

El equipo de Luis Carrión vence (3-4) al Málaga en la Rosaleda y culmina su pase a los Octavos de Final de la Copa de El Rey en la despedida soñada del año futbolístico

celebracion
photo_camera El equipo de Luis Carrión celebra la victoria en Málaga, en una imagen cogida del Córdoba CF

A celebrar el fin de año blanquiverde con un pase a Octavos de Final de la Copa de Su Majestad el Rey en el césped de La Rosaleda. Ante un equipo de Primera, el Córdoba CF, el nuevo Córdoba de Luis Carrión, hizo cuatro brindis anoche; por otros dos en la ida; por lo que con un parcial de 3-6 se cuela en el próximo sorteo para estar con los grandes. El bombo de la suerte, aquel que deja premio seguro, le espera este viernes. Carrión no se equivocó en la previa. El equipo fue a ganar, con sus armas, cambios; y demostró fortaleza. No fue de farol a Málaga. A pasar y a ganar; míster así era. A no especular. A marcar e ir a por más. A no conformarse con uno, sino buscar el segundo, el tercero, y hasta el cuarto. Aunque fuera un Primera; pero la mirada al escudo solo debía mostrar respeto. Sabiendo uno quién es, el Córdoba CF demostró que puede competir contra cualquiera.

"Tenemos que ser fuertes, demostrar lo que somos. Tener personalidad, el balón", expresaba serio, concentrado a sus pupilos un Luis Carrión consciente de que el dos a cero en la ida provocaría una salida en ira de los malaguistas. El Córdoba CF saltó a La Rosaleda con una cara muy cambiada respecto a los que ganaron en Tartiere (solo repitieron en el once Bijimine, Rodas y Edu) y los que vencieron a los boquerones en El Arcángel (con la novedad de Samu, Caro, Esteve, Guille y Piovaccari). El Málaga empezó teniendo el control, que nunca el partido. Monopolizó el cuero que ansiaban los cordobeses para no pasar apuros; pero fue inevitable. Los de Juande Ramos entraron bien al partido y se encontraron con el que el Córdoba CF no tartamudeó en ninguna de sus embestidas. Lo que le valió otra ronda.

La noche de los dobletes: Pio, Ríos y Sandro.

Borrachera de goles, la Copa. Siete tantos y ninguna lógica. Al descanso  cuatro. Dos por bando y la eliminatoria ponía rumbo a Córdoba con cada gol de Piovaccari a réplica de la pistola de Sandro Ramírez, el boquerón más rebelde. El italiano, titular, contrapuso con su doblete al del canario en los primeros cuarenta y cinco. En el partido de vuelta, cada tanto malaguista les fue de vuelta y con más efecto: valían el doble. Si el ex del F.C. Barcelona marcaba a los 17; el ex del Eibar equilibraba a la contra perfecta pasados solo diez. Si el malaguista lo volvió a hacer en el 38 de tremendo disparo; el blanquiverde volvió a responder. Pero con menos espera. En el 40 puso el 2-2 el goleador transalpino. La único negativo fue la lesión de Rodas en la jugada del primer tanto blanquiazul, que obligó a Caro a pasar al lateral y a Luso a actuar de central.

En pleno éxtasis futbolístico que deparan los locos partidos de Copa. Vibrante. Con un Málaga CF que cumplió con su deber de inicio. Agresivo en su búsqueda del gol, efectivo en la alta presión. Y un Córdoba CF que sufrió para soportar las acometidas malaguistas de Ontiveros y Sandro; su peligrosa marea. Cuales olas, sus disparos se estrellaron en el espigón de Razak y, una vez, en su madera. Aliada en el 25 en una falta directa sacada por el goleador del Málaga cuando el partido se dirimía en el uno a cero y el temblor blanquiverde a un segundo tanto. Más cerca del Guadalquivir, huyó la Copa del mar. Cayó la calma al descanso de tanta embestida, de tanta emoción. Y el Córdoba CF, con dos goles en campo visitante y después de pasarlo mal, se encendió el puro.

Empezó a disfrutar. Con el tiempo a favor, la ventaja clara en la eliminatoria; el Córdoba CF encontró una segunda sin ajetreo. Fue dando caladas al reloj con mesura en la salida del balón, buenos minutos de posesión, serio en el trabajo sin apenas grietas. Gozó los momentos más felices al transformar Pedro Ríos el penalti (sin discusión) en el 66 para poner el 2-3. Ahí se acabó. Para provocar un tsunami de impredecible alcance al conjunto malaguista, silbado junto a su técnico. Del que se esperaba mayor reacción al cuatro a uno del Pizjuán. Los de Juande tragaron todo el humo cordobesista en la última noche futbolística del año, que deja en la Costa un panorama de ceniza muy diferente al de Córdoba de tranquila navidad.

Sandro siguió a lo suyo; pero de nuevo el palo y Razak abortaron sus intentos. De nada valió el tercero de Santos, sin querer. Aún quedaba la gran jugada de Moha, su centro medido al segundo buscando la testa de Pedro Ríos, que se unió a la fiesta del doblete y colocó, dos minutos más tarde, el definitivo 3-4 en el marcador. La cuarta victoria de Carrión en sus cinco partidos que cierra ejercicio con once goles a favor. Que termina el año abriendo la ilusión.

Datos del partido:

Málaga CF: Boyko, Rosales, Llorente, M. Villanueva (Jony, min. 57), Torres, Fornals, Juanpi (Duda, min. 69),Chory, Ontiveros (En Nesyri, min. 69), Michael Santos y Sandro.

Córdoba CF: Razak, Samu, Bijimine, Rodas (Luso, min. 20), Caro, Caballero, Edu Ramos, Guille Donoso (Moha Traoré,min.  77), Esteve (Alfaro, min.  71), Pedro Ríos y Piovaccari.

Árbitro: Ocón Arráiz (Comité Riojano). Amonestó por el Málaga a Llorente y Sandro. Por el Córdoba CF, a Luso.

Goles: 1-0 (min. 17) Sandro. 1-1 (min. 27) Piovaccari. 2-1 (min. 38) Sandro. 2-2 (min. 40) Piovaccari. 2-3 (min. 66) Pedro Ríos, de penalti. 3-3 (min. 87) Chory Castro. 3-4 (min. 88) Pedro Ríos.

Incidencias: Partido correspondiente a la vuelta de los Deciseisavos de Final de Copa de S. M. El Rey en La Rosaleda ante 15.351 espectadores. Antes del inicio, se guardó un minuto de silencio en memoria de Fidel Uriarte.