Aquí, el Córdoba CF. Se puede decir que está. En condición de pelea. No donde querría, pero cerca. Sigue peleando aquel equipo defenestrado que hacía protocolo de un descenso casi seguro. Esperaba en una antesala, al paso doliente de las jornadas. Cruzaba las brazos y bajaba la mirada, sin ver fondo. Pero, cuatro victorias después. Se levanta. Corre imparable. El fútbol plantea imágenes, circunstancias, inverosímiles.
Se planta en la jornada treinta y dos (a once del fin, cuenta atrás) a cuatro puntos de la salvación, cuando hace un mes estaba a catorce. Con la fuerza insultante de los desatados. Los valientes. Los que han vencido a sus propios miedos y miserias. Los curtidos en batalla, los creyentes. Los honorables. Lo que están haciendo, al margen de lo que lleguen a hacer, será contado y aplaudido. Queda darle realidad. Seguir ganando. Tan fácil y complicado. No hay más líos ni cálculos.
El sábado, a las seis. Anoten. Recibe a un equipo que está en otro pelea, pero que no tiene su condición moral. El Córdoba CF ha demostrado en cuatro partidos, crédito para la competición. Es lo que tiene la autoestima y la creencia, que el cuadro de Sandoval ya no mira contra quien juega. Se mira a sí mismo, el día y la hora. Es lo único que importa. Y dice, `que venga quien quiera´. Y el Arcángel se prepara, se llena, ya van cinco consecutivas, y deja caer su aliento sobre once fieras que se dejan la piel sobre el césped de los posibles.
Ilusión, pero sin euforia
El milagro, ahora, sería rendirse. Algo impensable. Ha dado la vuelta un equipo que Sandoval continúa limando y fortaleciendo. Ante CD Lugo y Nàstic, el Córdoba CF terminó con su portería a cero, y eso nunca había pasado. La consistencia del bloque, una defensa asentada, una solidaridad conjunta, un esfuerzo individual puesto al servicio de una cuestión de ciudad. Los califas han vuelto a ilusionar, la permanencia es primordial y creíble. En un nivel ciudadano. Está en la calle y eso es máximo nivel. Una fijación de sí o sí.
Está Reyes. Sandoval prepara algo. La baja de Galán. La inocente, evitable y dura baja de Galán, es un escollo. El indiscutible de Badajoz vio la segunda amarilla en el noventa, en el Nou Estadi. Y está Fernández. El once está cristalino. Es buena señal, después el míster podrá introducir la variable del rival. Y no se subestima, sino que el Córdoba CF va a lo suyo. Juegue contra quien juegue y cómo llegue. Reciben al Real Oviedo.
