La UE se esfuerza por introducirse en la economía circular

La UE se esfuerza por introducirse en la economía circular
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El pasado 5 de noviembre, Sergio Álvarez, representante permanente de España en la Unión Europea, inauguró en el Palacio de la Merced en Córdoba, la jornada provincial sobre “Economía Circular en Europa y la provincia de Córdoba". De ese evento ya ofrecimos una completa información en córdobahoy.

Álvarez insistió en la necesidad de generar menos residuos en una actividad, la economía circular, de la que forman parte tanto empresas como consumidores que han de enfrentarse a una elección: la de productos fabricados en un contexto de economía circular y otros que no responden a esta filosofía.

La economía circular y el consumo responsable: impulso de crecimiento económico

La Unión Europea trabaja desde hace tiempo en un plan estratégico de economía circular para todo el territorio continental. Lo que a nivel comunitario se desarrolla desde hace años está llegando poco a poco al contexto nacional y, en concreto a las entidades locales.

Estas son, a juicio de Sergio Álvarez, las que deben promover desarrollo económico, pensando también en ellas como un sistema más de nueva economía. El representante español en la Unión Europea afirmó en la cita celebrada en noviembre que Córdoba, como provincia, lleva mucho tiempo incorporando elementos de economía circular que tratan de romper la literalidad.

En concreto, empresas de la actividad agroalimentaria y las que trabajan con reciclados de productos que salen de los residuos sólidos urbanos, desde lo orgánico hasta el plástico o el metal, pasando por el textil, el vidrio, el papel y cartón o el textil, son sectores que tienen bien interiorizados los principios de economía circular. En Córdoba, los sistemas de recogida y gestión de residuos están presentes en la provincia ligados a los polígonos industriales que utilizan esos residuos.

Hasta el momento, aunque hay avances significativos hacia la incorporación de los sistemas circulares en el proceso económico, todavía hay mucha desinformación y cierta falta de interés por parte de todos los colectivos, tanto las administraciones como las empresas y los consumidores por apostar de manera definitiva por la economía circular.

En la actualidad, el peso de la economía circular en la UE es del 6 o el 7% del PIB total. La tendencia marcada por las administraciones es que en el futuro a medio plazo no exista ningún elemento de producción económica que no tenga en cuenta la economía circular. Álvarez afirma que este objetivo va de la mano del crecimiento económico, pues va a haber mucho empleo ligado al contexto de las nuevas economías.

Criptomonedas: minimizar la emisión de gases de efecto invernadero

La economía circular tiene por objetivo principal reducir tanto la entrada de bienes materiales vírgenes como la producción de desechos, cerrando los flujos económicos y ecológicos de los recursos. Se trata de una teoría económica en la que se trabaja desde diferentes ámbitos desde hace décadas.

Un ejemplo reciente de la disparidad de sectores que incluyen los principios de economía circular en su actividad es el de las criptomonedas, o más bien el uso de estas para reducir el nivel de emisiones de gases de efecto invernadero.

Recientemente, el FDP (Partido Democrático Libre) en Alemania ha lanzado una propuesta de una criptomoneda que, mediante el uso de la tecnología blockchain, premie las prácticas que eviten emisiones o que incluso recolecten estas emisiones de la atmósfera.

La propuesta, según Mario Buschmann, secretario del grupo parlamentario del FDP, consiste en introducir emisiones en la cadena digital de la criptomoneda y recompensar así la protección climática activa además de incentivar la innovación.

La moneda, basada en la tecnología blockchain, se emite cuando se eliminan gases de efecto invernadero de la atmósfera. El precio de emisión certificado de una tonelada de C02 se ha cotizado en 27 euros y la emisión de estas divisas no corresponden al estado, sino a entidades comprometidas con la lucha contra el cambio climático.

La tecnología blockchain, de creciente interés por parte de muchos expertos en nuevas tecnologías, es la que se desarrolló a partir de la primera criptodivisa, el blockchain, que nació allá por 2009. Hasta el momento, esta divisa digital sigue siendo la más potente de cuantas existen y en páginas como Bitvavo se puede conocer el precio en tiempo real, su cotización y su nivel de crecimiento.

En el caso de la propuesta del FDP, la tecnología blockchain asociada a esta divisa con carácter ecologista, ofrece una ventaja añadida: la dificultad de ejecutar acciones fraudulentas, ya que sus códigos se registran de manera exacta e inalterable y permiten una alta trazabilidad.

En este 2020, la principal criptodivisa del mercado sigue siendo Bitcoin, que se enfrenta a un proceso de halving que hará reducir las recompensas de bloque que se proporcionan a los mineros. Las noticias relacionadas con este proceso de halving y otras muchas que conectan esta moneda con otras criptodivisas subieron el precio de Bitcoin, que casi alcanza ya los 11.000 dólares de cotización.

Una transición hacia la economía circular que pierde fuelle

No obstante, a pesar de todas estas noticias y el impulso de la economía circular, que llega incluso desde el sector de las criptomonedas, el modelo tradicional de producción y consumo sigue siendo el dominante.

La producción lineal sigue marcando la economía global, con el problema agravado de la generación de residuos en todas las etapas productivas y en la fase de consumo. Jorge Barrera, director general de la Fundación Cotec, advierte que “no se está aprovechando la recuperación económica para avanzar hacia un modelo de producción más circular, más eficiente y sostenible”.

La Fundación Cotec para la innovación es una organización privada sin ánimo de lucro que cuenta con decenas de patronos que incluyen empresas privadas y administraciones de ámbitos regional y local. Barrera recuerda que España mantiene patrones de producción y consumo con fuertes barreras estructurales que dificultan la introducción de modelos más sostenibles y circulares.

En cualquier caso, la hoja de ruta nacional, que se recogerá en la estrategia de Economía Circular 2030, todavía pendiente de aprobación gubernamental, ayudará a definir marcos estables y superar esos impedimentos técnicos y regulatorios que impiden a España acercarse a los niveles de introducción de economía circular presentes en la UE.