Medio Ambiente e investigación

La UCO participa en un proyecto para proteger a la anguila europea, en peligro crítico de extinción

A día de hoy, hay "menos de un 10% de las poblaciones históricas"
El equipo de investigación de la UCO
photo_camera El equipo de investigación de la UCO
La Universidad de Córdoba (UCO), junto a otros ocho socios europeos de Francia y Portugal, participa en el proyecto 'Sudoang', un trabajo que busca desvelar parte de los misterios sobre la biología de la anguila europea con el objetivo de protegerla, ya que se trata de una especie de alto valor biológico en peligro de extinción.

Estos animales viven en ríos y estuarios de Europa y Norte de África, pero, tras cruzar el océano, ponen sus huevos en un único lugar del mundo, el mar de los Sargazos, en el Atlántico, a 6.000 kilómetros de distancia de donde partieron.

Después, las crías aprovechan las corrientes del golfo para retornar a las costas y remontar los ríos, donde van a crecer y desarrollarse para posteriormente realizar la migración de vuelta. Las anguilas europeas son unas viajeras natas que desarrollan "una de las migraciones más largas del planeta". A lo largo de este extenso recorrido, se le abren varios flancos que amenazan directamente su continuidad como especie.

Los cambios en las corrientes y la alteración del plancton en esta zona reducen la entrada de alevines en las costas. Los pocos que consiguen alcanzar los ríos -el hábitat donde crecen- se ven afectados por la pérdida de calidad de sus aguas y la fragmentación de las cuencas. A esto, además, se le suman "las enfermedades endémicas, el tráfico ilegal y la pesca incontrolada"

La mezcla de todos estos factores ofrece un resultado "muy poco halagüeño" para una especie que antaño colonizó todo el continente y que ahora se encuentra en los límites biológicos de su desaparición. A día de hoy, queda "menos de un diez por ciento de las poblaciones históricas".

Según informa la UCO en un comunicado, el proyecto 'Sudoang', en el que participa junto a otros ocho socios europeos de Francia y Portugal, nació hace un año con el objetivo de "poner freno a este apocalipsis para la anguila". Parte del ciclo biológico de esta especie permanece desconocido y determinados aspectos relacionados con su migración y reproducción siguen siendo un misterio para la ciencia cuya solución podría ser la única salvación para una especie de alto valor biológico y ecológico catalogada en 'Peligro Crítico de Extinción'.

"El proyecto trata de unificar criterios y tapar los huecos de desconocimiento que existen en la especie en el ámbito mediterráneo", ha explicado el responsable del proyecto en la UCO, Carlos Fernández. Para ello, los ocho equipos que conforman el consorcio están realizando muestreos en distintos lugares del arco mediterráneo para comprobar cómo entran las anguilas a los ríos tras su viaje de vuelta del mar y estudiar las distintas facetas de su biología.

"Los estudios los realizamos a la vez, en distintos lugares y en época de luna nueva, ya que se supone que es cuando hay más movilidad entre los ríos y el mar", ha subrayado el catedrático de Zoología. Concretamente, la UCO está realizando análisis sobre el Guadalquivir, en el que siempre ha habido una pesca importante de angulas, y el Guadiaro, un río con un alto grado de naturalidad, con baja contaminación y ausente de presas, las cuales impiden el acceso de ese pez a su hábitat natural de crecimiento y permanencia.

El objetivo último es "establecer medidas de conservación de esta especie a partir de la información recopilada y transferir los resultados al sector". Cuanto más se le conozca, más fácil será protegerla. No obstante, salvar a la anguila de este peligro crítico "no será una tarea fácil", pues "compatibilizar planes de protección efectivos y su explotación comercial al mismo tiempo es complicado, y la venta de este manjar genera empleo a 20.000 personas en toda Europa".

Por ahora, uno de los cometidos más importantes para conservar este especie es mejorar la calidad de los ríos y reducir la contaminación de los mares, por lo que, según ha destacado el investigador, "quizás, el destino de la anguila esté ligado a nuestro propio futuro y a nuestra calidad de vida".