Efemérides cordobesas

Tal día como hoy, de 1765, comienza la construcción del Triunfo de San Rafael

Financió la obra de su bolsillo el obispo Martín de Barcia, quien también dio sentido a la Alameda del Obispo plantando la arboleda
Postal antigua del Triunfo de San Rafael con la Mezquita-Catedral de fondo
photo_camera Postal antigua del Triunfo de San Rafael con la Mezquita-Catedral de fondo

Hace 255 años, con exactitud, el entonces obispo Martín de Barcia financia de su propio bolsillo la construcción del Triunfo de San Rafael que comienza a erigirse ese día, según indica la página web de Cordobapedia.

Este hombre, que también fue obispo de Ceuta, nació en Zamora a comienzos del siglo XVIII dentro de una familia aristocrática. Sus primeros estudios los realizó en el convento de Santo Domingo y más tarde se graduó en Derecho Canónigo y Civil en la Universidad de Salamanca y en la de Valladolid, para obtener después, en Ávila, el título de doctor en ambas ramas. Participó en Roma en el proceso de beatificación de Juan de Ávila, el considerado Apóstol de Andalucía que murió en Montilla el 10 de mayo de 1569.

La estancia de Martín de Barcia en la Ciudad Eterna le valió para promocionarse ante la Santa Sede. Y así, en 1743 fue nombrado obispo de Ceuta, pero tardó dos años en acudir a tomar posesión de la sede, dada la peste que diezmaba esa ciudad. Una vez allí impulsó la restauración de diversos edificios religiosos, entre ellos el famoso Santuario de la Virgen de África.

Ya en el año 1756 fue ascendido a la diócesis de Córdoba, la cual dirigió hasta su fallecimiento, acaecido en 1771. En esa capital andaluza destacó nuevamente por las obras y reformas, tanto en la catedral como en el entorno urbano. De hecho, no sólo ordenó la construcción del monumento a San Rafael, sino que también se le debe la repoblación arbórea de la que se designó como Alameda del Obispo. Para su tierra natal regaló a la iglesia de San Ildefonso el precioso frontal de plata, realizado en Zamora por el artífice Manuel Flores Herrera, en el año 1762, siguiendo diseños enviados desde la capital cordobesa.

Barcia apenas llegó a la Diócesis de Córdoba cobró gran devoción a San Rafael y aprovechó el proyecto inicial de ejecutar el Triunfo, que apenas se había quedado en los cimientos, para anunciar al Cabildo su intención de emprender de nuevo la construcción del monumento. En las obras salieron a la la luz algunas sorpresas como la tapa del sepulcro del obispo don Pascual, quien tiempo atrás  había levantado en el mismo lugar del Triunfo el hospital de pobres, más tarde conocido como 'el de los Ahogados', y que acabó siendo colocada en la base de este monumento barroco de más de 27 metros de altura.

La muerte del propio obispo frenó en seco las obras, que finalmente fueron retomadas en 1779 cuando se invirtieron 6.000 pesos para la terminación del llamativo monumento, lo que sucedió en 1781.