EFEMÉRIDES

Tal día como hoy pero de 1895 moría en un naufragio Manuel Delgado Parejo, gran marino de Puente Genil

El pontanés, en el momento de su fallecimiento, era el número seis en el escalafón de la armada española
Manuel Delgado y Parejo, gran marino de Puente Genil
photo_camera Manuel Delgado y Parejo, gran marino de Puente Genil

"Sensible catástrofe". Así titulaba el 'Diario Córdoba de comercio, industria, administración, noticias y avisos' el desgraciado suceso que le costó la vida a un notable marino de Puente Genil: Manuel Delgado y Parejo. Entonces el cordobés era el responsable como contralmirante general del mando del apostadero de La Habana, estando entre sus principales funciones el combate contra los contrabandistas. Era el número 6 en el escalafón de la armada española en ese momento. Lamentablemente tal día como hoy pero de 1895 moría debido a un accidente naval.

Y es que el crucero Sánchez Barcaixtegui, en el que se encontraba, salió de noche y vio venir, como narra el Diario Córdoba, al vapor mercante Mortera. Ante la posibilidad de choque dieron a la sirena para virar a estribor. Pero el mercante, acaso confundido, creyó que lo harían a babor. Los dos barcos al final hicieron la maniobra en el mismo sentido y colisionaron con violencia. Así narra el 'Diario Córdoba' semejante desventura, en la que vemos que el pontanés consiguió alcanzar un bote, no murió directamente en el barco:

Antes de que el choque ocurriese, los comandantes de los dos barcos comprendieron el error que se había cometido, y quisieron repararle maniobrando instantáneamente en dirección contraria en que lo habían hecho. Ya era tarde. La misma arrancada les hizo tropezar, produciéndose una confusión espantosa. Una enorme vía de agua se había abierto en él Barcáixtegui, y los tripulantes de éste vieron que el barco se iba á pique con gran rapidez. Un incidente contribuyó no poco á que fuese mayor la catástrofe, y que se hiciera casi imposible el salvamento. En el instante mismo en que el choque se producía, una correa de trasmisión de la máquina productora de la luz eléctrica del crucero cogió el brazo de un marinero é interrumpió la corriente, haciendo que el barco quedase completamente á oscu - ras. A la confusión natural del choque unióse la falta de luz. Al intentar la maniobra de salvamento los marineros tropezaban unos con otros y no podían desatar las amarras de los botes con la rapidez que era del caso. Instantáneamente comenzó á hundirse en las aguas el Bancáixtegui.  La dotación del barco estaba toda en su puesto y lo mismo el general Parejo que el comandante Ibáfiez daban las órdenes oportunas para que fuesen echados al agua los botes. Con la rapidez posible, dadas las circunstancias referidas, fueron armados los botes y apenas habían sido echados éstos al agua, el Barcáixtegui desapareció completamente.  Muchos tripulantes, unos nadando, en los botes otros, lograron llegar á tierra ó subir al Conde de la Moriera. Este barco, aunque había sufrido grandes averías, pudo permanecer en condiciones de prestar' auxilio á los náufrago». La situación de los que se salvaban á nado era tanto más terrible cuanto que el puerto está infestado de tiburones. El contralmirante Parejo con su ayudante señor Aroca lograron embarcarse en nno de los botos. Desgraciadamente, al hundirse él Barcáixtegui con espantosa rapidez, arrastró al fondo del mar al bote en que iban ambos señores.

En los siguiente días la prensa cordobesa daba cuenta de todos los marineros que murieron en este accidente y del entierro de Manuel Delgado y Parejo. También se conocieron nuevos detalles como la abundancia de tiburones, incluso se cazaron ejemplares que tenían en su estómago restos humanos según indica el 'Diario Córdoba'. Estos hallazgos se extienden al cadáver del pontanés, que al parecer apareció sin brazos ni piernas.