Lo veníamos diciendo: Todavía falta el roscón. Y en Córdoba hay auténticos artesanos que hacen de este dulce tan de fin de Navidad casi, casi una obra de arte. Además este año, no se sabe muy bien si porque la crisis empieza ya a aburrir y es verdad que empieza a verse la luz al final del túnel, o porque este año ha sido toda una bendición para los panaderos del país al caer la festividad en un largo fin de semana, la cosa va a ir a mejor. Hasta el punto de que algunos de ellos tienen previsto prolongar la venta hasta el lunes, día 7, porque están seguros de que también se van a realizar ventas.
Precisamente, el hecho de que el viernes sea día 4 ha favorecido mucho que las ventas se dispararan desde ayer mismo. Y todos los contactados por este periódico han confesado que son mejores este año. "Puede que entre un 2 o un 3% más de venta", ha señalado Antonio Roldán, cuyo apellido le delata. El corresponsable junto a sus tres primos de la firma de pan cordobés, cuya cadena ya cuenta con 17 establecimientos y obrador en la capital y Almodóvar del Río, así como como otras tres en Fuengirola y Albacete, ha señalado que "todo lo que sacamos en camión se agota al instante" y eso que tienen dos cadenas funcionando de manera constante desde el pasado día 3 de enero. No obstante, desde el inicio de la Navidad "nos han estado haciendo encargos".
Su intención es elaborar entre 13.000 y 14.000 roscones este año, de una calidad superior, porque llevan zumo de naranja, ralladura de naranja, algo de ron y como novedad este año una masa madre ecológica, que aporta un sabor único, como ocurre, por ejemplo, también, con la leche de almendra para la confección de la crema. Por cierto, que la preferencia de los clientes de esta pastelería, entre ellos algunos de los jugadores del Córdoba CF, es la nata frente a la crema, "por goleada", de 4 a 1.
"También estamos tirando la casa por la ventana este año con los regalos", señala. Desde pelotas con peluches en su interior de la patrulla Canina o Bob Esponja, pasando por figuras de Disney en el interior, hasta un total de cinco por roscón (que pueden ser de 18 o de 15 raciones) contando con el Rey y la famosa 'haba', que determinará quién va a pagar el dulce.
Y si en Roldán hablan de roscones frescos frente a los industriales congelados en las grandes superficies, en Horno de la Cruz el calificativo es de "fresquísimos". Según Bernabé Suárez, empezaron la elaboración de estos dulces ayer, viernes, porque prácticamente son del día. Además, rivalizan con los otros productos que elaboran en esta empresa familiar, como son las magdalenas, los pestiños o las empanadas, que ocupan su espacio y requieren su tiempo en los hornos.
Por esa razón, Bernabé ha calificado, no sin cierta razón, que al ser un número reducido, entre 600 y 700 se quieren vender, por su artesanía y por la infraestructura de la casa, sus roscones como "auténticas delicatessen". Un lujo para el paladar en el que se utilizan los mejores ingredientes, tanto para la crema como para la nata o una mezcla de chocolate y nata que han denominado 'Roscón Baltasar'. En cada uno de ellos se han introducido unas seis pequeñas sorpresas con las últimas preferencias en figuras de dibujos animados y para ello se han puesto a trabajar prácticamente toda la familia, ya que el tiempo apremia, la demanda es mucha y el espacio es el que es, pero las ganas de agradar son mayores que las dificultades y Horno de la Cruz ha asegurado que no va a defraudadar a nadie.
Tampoco lo van a hacer en El Portillo de El Higuerón. Otros que comenzaron su "tremendamente fresca" elaboración de roscos también en viernes, y cuya intención es confeccionar, a ser posible, unos 4.000 de estos "muy tradicionales" dulces casa el próximo día 7. Rafael Herrerías es uno de los principales responsables de este milagro. Él y su familia al completo que se han calzado los delantales para echar un buen par de manos por cabeza para cortar, rellenas y sobre todo repartir, que últimamente está resultando muy complicado por la zona centro de la ciudad. De hecho, esta misma mañana estaban trabajando ocho personas mano a mano para llegar a tiempo a la demanda, que "está resultando tremenda".
A eso se añade que como viene siendo habitual desde hace ya cuatro años, El Portillo elabora un roscón de 40 metros, junto con 25 kilos de chocolate que se repartirán esta tarde a partir de las 17.30 horas en El Higuerón. Una fiesta que incluye la presencia sobre una tarima de uno de los hermanos de la empresa familiar para repartir con alegría unos 5.000 regalos, entre ellos unas 1.000 pelotas. El 'Rosconazo', como así se denomina, congrega a entre 1.500 y 2.000 personas que abren boca con esta fiesta particular antes de desplazarse hasta el Centro (o donde sea del recorrido) para contemplar la Cabalgata de esta tarde.
Los regalos que se introducen en sus roscones son igualmente auténticos lujos, como piruetas, picotas y muñequitos de Peppa Pig, Winnie the Pooh, Dora Exploradora o los Minions (cuatro en los pequeños y seis en los más grandes). Por cierto que en esta empresa saben cortar por lo sano con la dicotomía entre crema y nata. "Estamos vendiendo por mitades, porque de este modo se da satisfacción a unos y a otros en una misma familia". Y el invento funciona, porque es así como empiezan a demandarlos.
