15.000 ASISTENTES

Ricky Martin desata la locura en el Arenal

El artista puertorriqueño repasó sus grandes éxitos en un concierto de algo más de hora y media de duración

40475546_10155487410362455_274255544707973120_n
photo_camera Ricky Martin en Córdoba. Fotografía del perfil de Facebook 'Ricky Martin Elite', realizada por Luis Cossio

21 años hacía que Ricky Martin no pisaba tierras cordobesas. 21 años desde aquel 20 de septiembre de 1997 en el que dentro de su gira A medio Vivir , el puertorriqueño se despedía en la Plaza de Toros a ritmo de María, precisamente la misma canción con la que este sábado volvió a reencontrarse con su público cordobés. Ha pasado el tiempo, y las ganas de volver a disfrutar de la música del artista latino eran más que evidentes, y prueba de ello es que las 15.000 entradas puestas a la venta estaban prácticamente agotadas días antes del concierto.

El show tuvo lugar en el Arenal en un recinto construido para la ocasión y dividido en cuatro sectores (según el precio de la entrada).  Ricky Marin no se hizo esperar. Pasaban tres minutos de las 10.30 de la noche cuando tras un apagón de luces comenzaban a sonar los primeros acordes de María, el éxito con el que el artista puertorriqueño se daba a conocer en nuestro país allá por al año 1995. Un tema que en esta ocasión lo volvía a traer a Córdoba y con el que arrancaba uno de los conciertos más esperados, y también más calurosos del año. Martin pisó el escenario con un traje de chaqueta negro, un atuendo nada apropiado para los más de 40 grados que se respiraban en el Arenal.

"Vengo para que se queden sin voz de tanto cantar y que suden de tanto bailar", dijo la primera vez que se dirigió al público cordobés, mayoritariamente femenino, quién enloqueció al escuchar al puertorriqueño decir "Ustedes son mi vicio, los amo". Acto seguido, y tras un (acertado) cambio de vestuario, el artista reaparecía para interpretar Shake your Bon-bon. Le seguiría Drop in on me y la balada Vuelve, con la que Ricky Martín pisaba el escenario ataviado,únicamente, con un batín dorado. De cambios de vestuario iba la cosa, porque en total, el artista utilizó nada más y nada menos que diez conjuntos distintos de ropa. 

Tras un popurrí de Jaleo y Más, llegó el turno de otros de sus grandes, y conocidos éxitos, She Bangs, un tema que interpretó en inglés y que acabó con una afortunada cordobesa encima del escenario. También en la versión anglosajona cantaría Living la Vida Loca y tras más de cuarenta minutos a todo ritmo en el escenario, llegarían temas más tranquilos, como Somos la Semilla, Casi un Bolero, Disparo al Corazón y Tu Recuerdo,  con los que el cantante pudo recobrar el aliento para encarar la recta final del concierto.

Con Fiebre, su más reciente éxito,  volvía a poner a bailar a los 15.000 asistentes en el Arenal. Le siguieron Vente pá Ca, Lola Lola,  La Bomba y por Arriba por Abajo, con el que el artista "se despedía" del público cordobés. Tras marcharse del escenario y ser reclamado por su legión de fans, el puertorriqueño volvía a pisar el escenario para, ahora sí, comenzar el fin de fiesta a golpe de ritmos latinos y grandes super éxitos.  No podía faltar Pégate ni tampoco La Copa de la Vida, el himno del Mundial de Futbol del año 1998, un tema que fue número 1 en 72 países distintos y que ha sido catalogado como la mejor canción de todos los Mundiales.

La Mordidita, el tema más solicitado por el público a lo largo de toda la noche, le sirvió para poner el broche de oro a un concierto de algo más de hora y media de duración y para cerrar en Córdoba su gira 2018, un tour que desde el pasado 14 de agosto lo ha llevado a recorrer un total de diez ciudades españolas.