CIENTOS DE FIELES ACUDEN A LA PROCESIÓN EN EL ENTORNO DE LA MEZQUITA

El obispo de Córdoba resalta la labor de Cáritas en la celebración del Corpus

Anima a fomentar la adoración eucarística en una “vida frenética”

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photo_camera El obispo, Demetrio Fernández, destacó la labor de Cáritas en la homilía de la Misa del Corpus

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, resaltó en la homilía de la misa por la Solemnidad del Corpus Christi la labor que desarrolla Cáritas Diocesanas. “Hoy  es el día de Cáritas, la organización que brota del corazón de la Iglesia, que pone en práctica el mandamiento de Jesucristo: Amaos los unos a los otros como yo os he amado”, dijo.

“Es por tanto un día de agradecer a Cáritas Diocesanas, a las cáritas parroquiales, a todos los voluntarios, a todos los empleados de Cáritas que trabajáis al servicio de esta caridad en la Iglesia”, recalcó y advirtió que “no basta con que haya un paquete de arroz, o de garbanzos o un poco de aceite,  mucha gente busca junto a eso que necesita, un corazón que le escuche. Cáritas aporta esta novedad, no solamente la distribución de unos alimentos, o el pago de un recibo de la luz o de un alquiler para no ser desahuciado, Cáritas ofrece un corazón que escucha, que atiende, que acompaña, que comparte”.

En este día del Corpus “celebramos aquella cena memorable en la que Jesucristo, antes de padecer la muerte, se reunió con los apóstoles y tomando el pan lo partió y lo repartió diciendo: Este es mi cuerpo, y tomando la copa de vino la fue pasando diciéndoles: Esta es la nueva alianza en mi sangre, tomad y bebed”, recordó el obispo.

“Este sacramento se nos ha dejado como prolongación de la presencia de Jesucristo con nosotros”, señaló Fernández quien remarcó que “cada vez que celebramos la eucaristía cumple esta promesa de estar con nosotros”.

Además, y dirigiéndose a sacerdotes y seminaristas, hizo hincapié en que la eucaristía “no es algo nuestro en el sentido de que nosotros podamos manipularla y hacer con ello lo que queramos, es un sacramento sagrado que se nos ha puesto en las manos por la Iglesia y por el propio Jesucristo”.

En su opinión, hay que fomentar la adoración eucarística  porque “será un gran bien para nuestra vida cristiana, incluso para nuestra vida apostólica y para el cumplimiento de nuestras obligaciones, sean cuales sean” porque “el encuentro con Jesucristo nos hace más veraces, más libres, más justos, más fraternos, más humildes, más cristianos”.