Ocio nocturno

La noche cordobesa se resiente (y mucho) por el Coronavirus

Los locales habituales de la 'movida' cordobesa han notado un bajón de clientela, acrecentado en algunos casos por los protocolos de seguridad, pero esperan que en septiembre la cosa vuelva 'a la normalidad'
Sojo Victoria
photo_camera El Sojo Mercado antes del confinamiento

Una de las principales víctimas de la crisis sanitaria, que a día de hoy continúa (no hay que olvidarlo) es la 'Noche Cordobesa'. Si lo prefieren, la 'Movida', la 'Escena', los noctámbulos deambulantes que al caer el sol salen a la calle a tratar de divertirse un poco con música, copicheo y alternancia (lo que viene siendo el ligoteo permanente) y que ahora, con las medidas de prevención se está complicando un poco, hasta el punto de que puede llegar a ser un auténtico coñazo.

O eso, o bien se acaba perdiendo el norte de forma inconsciente, con independencia de quién sea el culpable, organizando eventos donde acaban surgiendo rebrotes como el que ha tenido lugar el pasado día 10 en la capital cordobesa a raíz de una fiesta en un sitio cerrado de la que ya han surgido más de 70 casos de Covid-19 por contagios. Y apuntamos un "sitio cerrado" en general, sin nombres, porque aún se está investigando, y es probable que el foco inicial pudiera no haber estado en una sala de noche, sino anteriormente en alguna casa u otra fiesta privada.

Córdoba Hoy ha contactado con algunos empresarios de la noche para que aporten sus impresiones, porque son ellos quienes le toman verdaderamente el pulso a esa parte de la sociedad que no tiene edad y que siguen haciendo del fin de semana su colorido lugar de retiro momentáneo antes de volver a una vida laboral algo monótona y grisácea.

"La gente no sale menos, al revés, vienen con más ganas", apunta en nombre propio Alba Carrera, camarera del Sojo Mercado, "pero ahora sí tienen que esperar a hacer cola, de entre 10 y 15 minutos, para poder entrar, cuando antes era instantáneo".

Un cambio importante es que no se puede bailar, pese a estar la música de fondo invitando al meneo del cuerpo, ni deambular por la sala libremente sin la mascarilla y eso ha llevado a algunos roces con clientes impacientes o que creen que no tienen por que llevar esa prenda protectora. "Están sentados, en grupos como máximo de 20 personas y tienen que esperar a que vayamos a servirlos", señala la empleada, en lo que se ha convertido en un nuevo servicio, el de mesa, que antes no tenían y que "es más que probable que haya venido para quedarse definitivamente".

MERCADO VICTORIA 1

En cuanto a los movimientos desde la cola de espera hasta el interior, se comunican vía pinganillo (como el FBI) dando cuenta de los sitios que quedan libres dentro, ya sea abajo en la sala principal o en la zona alta de la azotea y según preferencias se permite entrar a la clientela. "No suelen esperar mucho, hay días en los que yo me quedo con la parte de arriba junto a uno de personal de seguridad y los vamos acomodando nosotros, pero salvo por la mascarilla, apenas hay roces y enfados".

El Café Málaga, que es primo hermano (por no decir hermano gemelo) del Golden Club, es de los que apuestan por la música en directo. Es más, Fernando Ortiz, que es el responsable de la programación musical, es de los que estiman que Córdoba "necesitaría 1809 Cafés Málaga más" como elemento de atractivo nocturno para captar pernoctaciones. "No hay que romperse mucho la cabeza para eso; si quieres que un turista se quede en la ciudad, en lugar de volverse a Sevilla, ofrécele locales donde escuchar música mientras consume algo y se quedan encantados". Es la misma fórmula que funciona a la perfección con Dublín, sin ir más lejos.

Unas palabras con carga de realidad detrás, porque a sus conciertos acuden bastantes extranjeros que han visto la programación musical en hoteles y lugares de alojamiento y que suelen acudir solando maravillas de la ciudad con la guinda de la música en directo, que, por cierto, "carece por completo de ayuda, impulso o apoyo, pese al bien que hace al alma y a la ciudad".

Café Bar Málaga

Según lo que él ha detectado, "hay miedo en general, y más a los lugares cerrados", señala. Pero "no me puedo quejar, jugamos con las cartas que tenemos y sabemos que esto puede durar, por lo que vamos a intentar sobrevivir". Y eso no implica renovación alguna. "Nuestra apuesta ha sido siempre la música en directo; es nuestra seña de identidad en la ciudad". Hasta el punto de que en julio, y en vista de que no ha habido Festival de la Guitarra por razones obvias, en el Café Málaga se han marcado un homenaje a Paco Peña, 'Gracias Paco', quien hace 40 años dio vida a un Festival, que por vez primera este año se ha cancelado.

Su aforo actual es de 56 personas sentadas y distanciadas, pero por prudencia no quieren pasar de las 40 o 45. "La caja se resiente, pero a cambio estamos disfrutando de conciertos especiales e íntimos, casi personalizados, de gran calidad y la gente sale encantada".

Si el Sojo es el pulso de la 'movida' en el Mercado Victoria, allí la noche se diversifica para aportar algo para todos los gustos. Su gerente, Francisco Mulero, no tiene más remedio que hablar también de aforos. Un 75% en interior (con taburetes, sillas y sillones) y un 100% en las terrazas. Eso impide y limita mucho la vida que muestra habitualmente el Mercado con gran afluencia de personas. "Es complicado entrar cuando uno quiera, hay gente que se molesta un poco con la situación, algunos vienen sin mascarilla y hasta me han escrito mensajes en privado para que los deje entrar, pero es imposible".

En definitiva, surgen situaciones poco deseables por nervios y se ha notado un bajón en la afluencia. Por el momento es más de turismo nacional al mediodía, apenas nada de extranjeros, pero "afortunadamente, hay que decirlo a día de hoy, el 70% de nuestros usuarios son de Córdoba y provincia (Puente Genil, Palma o Montoro), o andaluces, especialmente de Écija, que salvan en parte la situación".

Planeta 80 en concierto en la Sala Hangar

El consumo cayó a plomo. De forma diferente según zonas. En el Mercado el consumo de cerveza, por ejemplo, bajó al principio de la crisis un 60% (frente a un 30% en algunos barrios de la capital), luego se fue recuperando hasta llegar a un 40% (el 25% en esos mismos barrios) y ahora está al 35% (un 20% en otros zonas). Se notó también en los lineales de los supermercados, donde una conocida marca de cerveza explicó a Mulero que se había incrementado en un 55% para el consumo en casa.

Los hábitos también se empiezan a recuperar. "Al principio del desconfinamiento, los primeros 15 días, veíamos a jóvenes que se limitaban a beber dos refrescos en dos horas, y llegó un momento que pensamos en restringir el tiempo de permanencia, y era lógico porque los sueldos habían caído un 30%, pero ahora ya empiezan a consumir comida con normalidad", señala Mulero, quien destaca que los locales donde se respeta a rajatabla las  medidas de prevención son un valor en alza porque es donde hay menos contagios.

Además, para evitar desmadres posteriores, "cerramos un poco antes; nos estamos volviendo centroeuropeos, pero la memoria es frágil y volveremos a ser como antes, muy probablemente para septiembre si todo va bien".

Cuanto a los locales de baile, como es el caso de El Hangar, se ubican otros negocios que también viven de la noche, pero a través de la gastronomía. Es el caso, por ejemplo de Jesús Martínez, gerente del Sibarita Fussion y De Tapas Vial, junto al Hotel Córdoba Center.

Jesús Martínez, gerente del Sibarita Fussion y De Tapas Vial

Allí llevan a pie juntillas (hay muchas expresiones para utilizar) el protocolo, y hasta hay carteles que indican que hay que esperar que alguien desinfecte la mesa y acomode a la clientela, junto con un código QR para la carta, que ya es habitual en todos los negocios de restauración cordobeses. "Pero eso no es lo que desalienta al usuario y si se nota bajada de público es porque no están todos en la calle por la incertidumbre, por lo que siempre va a haber menos ambiente".

Aún así, "la gente está saliendo y no es todo tan dramático, porque de noche baja la temperatrura". Eso sí, depende de la zona. Concretamente allí, en Huerta de la Reina, "la noche no va mal". Mucho peor son los mediodías, que suponían una buena fuente de ingresos para estos negocios, ya que muchos oficinistas de esa parte de la ciudad comen allí. "El teletrabajo nos ha restado muchas comidas y el hecho de que el hotel esté cerrado hasta septiembre también nos ha mermado mucho".