«Desde muy temprano, casi desde el amanecer, notábase en nuestra ciudad animación inusitada innúmerables familias efectuaban los preparativos para marchar a las Ecmitas y sus inmediaciones.
La mañana era fría y la atmósfera estaba entóldada más que por lss nubes por una niebla densísima. Sin embargo algunas horas antas de las señaladas para el comienzo de las solemnes ceremonias principiaron a dirigirse a las Ermitas millares de personas utilizando todos los medios de locomoción y la mayoría a pie en pintorescas y animadas caravanas».
Así empezaba la crónica de una mañana con niebla, un 24 de octubre, en este caso de 1929. Fue entonces cuando el obispo Adolfo Pérez Muñoz inauguraba el espectacular monumento del Sagrado Corazón de Jesús en las Ermitas de Córdoba. Fue todo un acontecimiento acompañado de la Banda Municipal y de las Escuelas del Ave María.
El monumento, como indica a toda página el 'Diario Córdoba' del 25 de octubre, fue obra de Lorenzo Coullaut Varela. Tenía y tiene 21 metros de alto y está junto a la llamada silla del Obispo. El periódico de entonces describe profusamente para sus lectores dicho monumento, desde los motivos decorativos del pedestal hasta la imagen en sí. Cuatro potentes reflectores eléctricos se ocupaban de resaltarlo por la noche. Además de las bandas hubo cánticos y la pertinente bendición. Posteriormente el alcalde, José Sanz Noguer, leyó un discurso. La muchedumbre, a su término, arrancó con vítores y aplausos.
Hay que recordar que este espectacular monumento tiene a su vez una espectacular historia, pues lo destruyó un rayo no uno sino dos veces, con lo que se forjó su leyenda.
Hospital San Juan de Dios
También tal día como hoy, pero de 1935 se inauguraba el hospital San Juan de Dios. Su historia queda reflejada en Cordobapedia:
El origen de la Orden de San Juan de Dios en Córdoba se remonta al siglo XVI. Existía, al menos desde el siglo XIII un hospital de leprosos, el Hospital de San Lázaro, de Patronato Real.
El mal estado del hospital le fue comunicado a Felipe II durante su estancia en la ciudad de camino a Granada. Decretó entonces que la institución fuera regentada por los Hermanos de San Juan de Dios, parte de cuya actividad sería atender a los pobres de la Córdoba.
Continuaron su actividad hasta la desamortización. Sobrevivieron los conventos-hospitales de Sevilla y Madrid, los cuales desaparecieron definitivamente en 1836, con el Real Decreto del 9 de marzo que dictaba la supresión total de todos los conventos.
Por su parte, el abandonado hospital quedó completamente destruido en un incendio, el 25 de julio de 1867. Curiosamente, ese mismo año se aprueba la restauración de la Orden en España, aunque no será hasta 1934 cuando los hermanos de San Juan de Dios regresan a Córdoba.
Gracias a una donación , compran la llamada Finca de San Pablo, el 28 de noviembre según consta en la escritura, para atender a una clase de enfermos que estaban olvidados y casi en un completo abandono[1], especialmente niños aquejados de graves enfermedades.
El Hogar y Clínica de San Rafael comenzó a construirse gracias al sistema de postulación de esta orden. En esta labor destacó especialmente la labor de fray Bonifacio Murillo. Así, apenas un año después, el 19 de octubre de 1935, las obras del del Hospital Infantil del Hogar y Clínica de San Rafael habían concluido.
Actualemente el hospital tiene unas 160 camas y más de 200 trabajadores.
