Gastronomía otoñal

La guerra de las castañas

Este año casi se ha duplicado la cifra de establecimientos callejeros por concurso, a pesar de que no hay clientela para todos

Castañas
photo_camera Miguel Ángel Morales sigue siendo este año el castañero de Colón

Han vuelto para marcar la estación otoñal. Los castañeros repartirán su producto entre los clientes en las calles de Córdoba hasta el próximo 31 de diciembre. Pero se ha producido un cambio este año que no es del agrado de todos. Según Miguel Ángel Morales, el castañero de Colón, los puestos han entrado en concurso abierto y se ha hecho así para dar nuevas oportunidades a otras personas, "y eso es fenomenal porque se podrían crear nuevas oportunidades de empleo, pero no a costa de cualquier cosa, porque ahora tenemos puestos a 20 metros unos de otros y no hay clientes para todos".

De hecho, de los 15 que había el pasado año se ha pasado ahora a unos 26, "con lo que no vamos a ganar ni unos ni otros", ha insistido. En este sentido, el mensaje que lanza este auténtico portavoz de los castañeros es que, al igual que se hace en primavera con los caracoles, "se tenía que haber respetado el diámetro de rentabilidad, porque esto no es un negocio como los bares, que pueden estar juntos y comer todos de ello, sino que en las castañas no hay clientes suficientes".

En su caso el más cercano está e la puerta de El Corte Inglés, que, así vez, está muy cercano del castañero que se sitúa en el Jardín de Los Patos. "Es incongruente que no se hayan respetado las distancias, ha comentado, para recodar que el pasado año la temporada no fue buena por el calor, y parece que la historia se repite en este 2017.

Diferentes calidades

De hecho, el calor ha afectado también al fruto, que sigue llegando de Galicia, Huelva o de Ronda. "Las hay en abundancia, pero las primeras que van a llegar no serán las mejores y ha subido el precio para comprarlas". No obstante, en su caso, eso no va a repercutir en la venta al público. "A pesar de la competencia y el cambio en las normas, siguen siendo los mismos precios en mi caso, 2 euros por cartucho de docena, pero no todos han puesto las mismas cantidades". Eso es algo que se intentó el pasado año con la idea de poner en marcha una asociación de castañeros que no acabo cuajando, porque "cada uno mira por sí mismo y por sus intereses y no ha sido factible".

Este fruto seco es uno de los menos calóricos (100 gramos de castañas asadas aportan 237 kilocalorías), rico en carbohidratos, vitaminas del grupo B y en minerales como magnesio, potasio, hierro y fósforo. Además, son ricas en fibra, si bien pueden resultar indigestas en exceso. Y son aptas para celíacos.

Aunque en la Sierra de Córdoba hay buenos castaños, el producto que se vende en los puestos de la ciudad procede, en su mayor parte, de Huelva y Málaga, y más concretamente, de la onubense Sierra de Aracena, donde se recogen aproximadamente 1,5 millones de kilos por cosecha, y del malagueño Valle del Genal, donde se cultiva la castaña pilonga, la de toda la vida, y también la gallega, con una piel más fina, en unas 3.500 hectáreas de árboles que producen entre 3,5 y 4 millones de kilos al año. Este año, según COAG, la campaña, que tendrá su punto álgido a final de octubre, será similar a la del año pasado y rondará los 5 millones de kilos.

No obstante, las heladas en Galicia durante el mes de abril han provocado una reducción de la cosecha, mientras que en Málaga ha sido por el efecto contrario: El calor y la incidencia de la avispilla.