Un entretenimiento para los ingresados y un aliado para los padres

Los 'otros doctores' que sanan a sonrisas a los pequeños pacientes

Los niños del Hospital Reina Sofía encuentran en la Ciberaula un espacio de evasión, formación y diversión, que les ayuda a olvidarse de su estancia en el centro hospitalario

Madre junto a su hija en el Ciber Aula del Hospital Reina Sofía
photo_camera Madre junto a su hija en el Ciber Aula del Hospital Reina Sofía

No es poco tiempo el que, desgraciadamente, una enfermedad obliga a un pequeño a pasar en el hospital. Y no sólo el menor; también los padres, abuelos y familiares a los que la preocupación, unidos al cansancio, el estrés y el malestar hace que estos días de su niño hospitalizado se conviertan en una verdadera pesadilla. Sin embargo, más allá de las frías paredes de los hospitales y al final de los pasillos en los que el transitar de las camillas rompen con el silencio tenso de los familiares, se vislumbra una luz. 

Parece que el paciente se diluye en otro mundo que nada tiene que ver con el tono gris que, inevitablemente, trae consigo el centro hospitalario. Aquí todo es color, aquí todo es diversión, distracción y ocio. Aquí "no se trata enfermedades, se trata a los niños". Un claro ejemplo de estas salas de la felicidad, que “en muchas ocasiones hacen mucho más que las medicina o los tratamientos médicos", lo encontramos en el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, a través de su Ciberaula. 

En este lugar, los pequeños que están ingresados acuden para continuar su formación lectiva, gracias a la ayuda de los tres maestros que tienen a su disposición, y a pasar ratos de diversión y ocio, alejados del dolor que supone el encontrarse en un hospital. 

Es el caso de Lucía, por ejemplo, una pequeña que se está tratando de Leucemia desde el año 2015 en el Hospital cordobés. Su madre, Beatriz, ha explicado que tienen que asistir al centro hospitalario "cada mes y cada medio año a una punción medular". La pequeña, justo antes de las pruebas se pone muy nerviosa y en este lugar "se tranquiliza, se evade". Cuando asiste a la sala "pinta, lee, utiliza el ordenador" y, además, "nosotros también jugamos con ella". Desde luego, este lugar no es sólo un método de evasión para los pequeños, sino también para los padres que disfrutan viendo cómo sus hijos también son felices. 

Visita de los judores de Baloncesto de Yosiquese

Es precisamente lo que le ocurre a la madre de Pablo, que se encuentra en el Hospital tratándose de un síndrome nefrótico. Su nombre es María José y dice que "está muy contenta" de que el Reina Sofía cuente con esta instalación para los niños. "Pablo se queda esperando a que el maestro Juan pase para que abra el cole (el Ciberaula) y venirse con él aquí", ha explicado la madre.  

Y es que el maestro Juan Expósito, junto con los dos compañeros que se encargan de este espacio, es más que querido y apreciado por todos los padres de los niños que pasan gran parte del día en esta sala. Según explica el propio maestro, "nosotros intentamos paliar el absentismo con la enfermedad". Por otro lado, hay niños que están en el Hospital y que por su tipo de enfermedad, no pueden asistir a este aula. Sin embargo, "no hay problema, porque si ellos no pueden venir nosotros vamos a sus habitaciones", explica el maestro Juan. 

Formación unida a la diversión y a la evasión. De esta segunda parte se encarga Ana Calvo. Sin ir más lejos, esta misma mañana los jugadores de baloncesto del equipo Yosiquesé, junto a su mascota el león Yosi, se han acercado a animar la estancia a estos niños que han disfrutado de un rato de ocio. Entre otras actividades, se encuentran los talleres de magia, las fiestas de Carnaval, las Olimpiadas Intrahospitales o los talleres específicos de manualidades. 

Un pequeño rayo de luz entre tanta oscuridad es el que encuentran los padres en este aula. Aquí "no existen las penas, que ya demasiadas pasamos durante el resto del día". Y es que la fuerza que da a unos padres la sonrisa de un pequeño, sin duda, es el mejor empujón para seguir luchando.