Religión

La hermandad del Huerto celebra durante dos días el Día de la Candelaria

El día 2 se celebró una liturgia con la presencia del presidente de la Agrupación de Cofradías, Francisco Gómez Sanmiguel, y un besamos

Día de los Jóvenes en la Hermandad de la Oración
photo_camera Día de los Jóvenes en la Hermandad de la Oración del Huerto

Un año más, decir día de la Candelaria en Córdoba es decir calle de la Feria, San Francisco y San Eulogio, es decir hermandad del Huerto.

Ya el día 1, una gran afluencia de grupos jóvenes de distintas cofradías, habían celebrado el Día de los Jóvenes con la eucaristía del segundo día de triduo y el posterior Adoremus. Una vigilia de oración ante Jesús Sacramentado que tuvo momentos íntimos y de recogimiento de una juventud dispuesta a vivir su fe en las cofradías en clave de misión.

El sábado, día 2, en una parroquia abarrotada, toda una hermandad, la de la Oración en el Huerto, honrada por la presencia del presidente de la Agrupación de Cofradías, Francisco Gómez Sanmiguel, desarrolló una liturgia singular para este día, ya tradicional desde aquél en que se bendijo la imagen titular, María Santísima de la Candelaria. A la bendición de las candelas, le prosiguió la procesión claustral que, de una manera jubilosa, reparte la Luz a los presentes, iluminando la iglesia hasta entonces en penumbra.

Ofrendas de los fieles

En este día festivo, a la vela, los pichones, la fruta, las flores y el pan y el vino, seña de identidad de este día, se le sumaron las ofrendas en forma de donativo que algunos hermanos han regalado a la virgen por su onomástica: Jarras y flores de talco para la capilla, pañuelo, flor de mano y un broche para lucirlo en su pecho, inspirado en una estrella existente en la Basílica de la Natividad de Belén.

Durante todo el día había estado la imagen de María en besamanos. Aún así, al finalizar la solemne función, la cola para besar la mano y pasar bajo el manto protector de la Madre se prolongó durante más de media hora, siendo el colofón a una semana intensa, donde los corazones de los devotos han estado volcados con su gran devoción mariana.