Una regañá metida en un catavinos. Y a partir de ahí el proceso de olerla para captar sus aromas. Y luego degustarla. Esta imagen poco acostumbrada tuvo lugar ayer por la noche en el local Bag in Box, situado en la calle Diario de Córdoba. Allí, la periodista y experta en vinos Mara de Miguel, junto a la asociación 'Sabores de Córdoba', ha organizado la primera cata de regañás -y a ciegas- con el objeto de determinar cuál es la mejor de la provincia. Esta primera cata de regañás ha determinado que son las Manolín Mora, de Montilla.
La peculiar cata contaba, como las de vinos, con tres fases: visual, olfativa y gustativa. En la primera se ha tenido en cuenta el color, el tamaño y la textura. En la segunda la intensidad, el aroma y su calidad. Y en la última y definitiva la intensidad el sabor y la textura.
En la cata se han probado veinte marcas diferentes de las habituales en los supermercados de Córdoba, procedentes de la capital, de Moriles, de los Pedroches, de Fernán Núñez o de Montilla. La de Manolín Mora destaca para la organización por encima de los otras participantes por su mejor intensidad, textura "y por la cantidad de aromas que desprendían en la fase olfativa de la cata, debido entre otros a la utilización de aceite de oliva virgen extra y a estar elaboradas a mano", ha detallado De Miguel.
"Es la primera vez que se realiza una cata de regañás, a ciegas, como producto principal, aunque las regañas suelen estar presentes en la catas de vino o aceite pero nunca son la protagonistas, este evento pone de manifiesto que la diferencia se nota en el paladar y mucho, aclara.
Los miembros del jurado, entre los que se encontraban el hostelero José Ropero, la blogger Chary Serrano, la economista Yolanda Tomico o el profesor de Derecho y expresidente de la Cofradía del Salmorejo, Pablo Pombo.
Con esta actividad, la asocición 'Sabores de Córdoba' continúa con una de sus metas: revalorizar los productos gastronómicos cordobeses y sus bebidas. El pasado marzo, poco antes del confinamiento, organizaban el concurso para determinar el cóctel que lleva el nombre de la ciudad. Tras el periodo de encierro debido a la crisis sanitaria del coronavirus continúan con esta curiosa actividad que aspira a dar protagonismo a estos populares "palillos" de pan propios de la zona, llamando la atención sobre sus propiedades y características, que muchas veces pasan desapercibidas para los propios cordobeses por la fuerza de la costumbre.
