La Sala Polifemo del Teatro Góngora se quedó pequeña para el acto de homenaje que ayer por la noche se hizo a Eduardo García, en el marco de 'Cosmopoética' y al que no quizo faltar la alcaldesa, Isabel Ambrosio (PSOE), para arropar a familiares y amigos del profesor, ensayista y vate brasileño que se hizo cordobés por amor a esta ciudad y a una profesión que para él era una auténtica adicción hasta su fallecimiento el pasado mes de abril a la edad de 50 años tras una prolongada enfermedad.
Hijo de españoles, permaneció en Brasil hasta los siete años. Cuando su familia volvió a España vivió su infancia y juventud en Madrid, donde obtuvo la licenciatura en Filosofía, especializándose en Estética, y vivió de cerca la Movida. Desde 1991 residió y trabajó como profesor de Filosofía en Córdoba. Dejó tras de sí una decena de poemarios, el último de ellos, 'Duermevela', XXXV Premio Internacional de Poesía 'Ciudad de Melilla', además de haber sido incluido en más de 30 antologías poéticas desde 1998, algunas de ellas representativas de las rimas que se elaboran en la ciudad califal, como fueron Medina Azahara (2008), Córdoba espacio Poético (2006) o En pie de paz (2003).
El acto, tan lleno de allegados, familiares y compañeros de profesión (entre poetas, como Pablo García Casado, y profesores, incluida Rafi Valenzuela), resultó especialmente emotivo, precisamente por haber sido organizado directamente por amigos suyos.
