Cosmpoética 2019

Carlos Galán: "Para los sellos independientes, fichar a un grupo sigue siendo una cuestión de flechazo"

El fundador de Subterfuge Records, sello discográfico independiente de bandas como Neuman, Viva Suecia o Annie B. Sweet, se define como "musiquero de profesión"
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photo_camera El fundador y director de Subterfuge Records, Carlos Galán FOTO: LAURA MARTÍN

De fanzine que daba voz a los últimos coletazos de la cara underground de La Movida a convertirse en uno de los sellos discográficos independientes de mayor calado del territorio nacional. La historia de Subterfuge Records podría resumirse así, aunque el fundador de esta aventura, Carlos Galán, ha sido invitado por Bandaàparte Editores a esta edición de Cosmopoética para contarla completa en un relato de "ganadores y perdedores" en el mundo de la música.

"Lo que quería hacer en el año 90 era el fanzine, pero poco a poco empecé a editar discos de amigos que se distribuían por correo o podías comprar en un bar", detalla. Todo cambió en el 1993 con la publicación de Pizza Pop, álbum debut de Australian Blonde: "Dejé la carrera de Historia del Arte y nos constituimos como sello discográfico porque dedicaba la totalidad de mi tiempo a ello y al fin y al cabo mis estudios reglados eran una excusa en casa para justificar ante mis padres que estaba convirtiendo mi hobby en profesión"

Mucho ha cambiado la industria desde aquellos comienzos, aunque Galán recuerda que el espíritu de los sellos independientes sigue siendo el mismo: "Hacer música aunque lo tengas todo en contra". Para este madrileño que ha visto las tripas a la producción de trabajos de Marlango, Fangoria, Nada Surf o The Unfinished Sympathy, también ha cambiado el circuito porque "Malasaña ahora es un parque temático, aunque es innegable que la capital y Barcelona siguen siendo el foco de la escena y es más sencillo crecer con tu banda en Madrid que en Jaén"

Malasaña ya no es lo que fue en otra época, ahora se parece más a un parque temático

La revolución digital, el abaratamiento de los estudios de grabación y la autoproducción han traído consigo una apertura del mercado para las bandas, que desde su casa pueden colocar su música en las principales plataformas de distribución digital aunque sigan teniendo como objetivo contar con un sello que avale su trabajo. "Algo parecido ha ocurrido con los sellos discográficos", explica Galán. Según el fundador de Subterfuge, "la crisis de la industria ha dejado al descubierto la careta de las multinacionales y lo cierto es que, a día de hoy, cualquier particular puede embarcarse en la aventura de editar discos, lo cual me alegra enormemente". 

Y es cierto: una tirada en CD de 500 copias puede plantearse desde los 360 euros. Pero el negocio ya no esta ahí, "sino en el contrato 360 grados por el que los sellos somos agencias de management, trabajamos con las marcas, organizamos conciertos y sacamos los discos a las tiendas". Con esta modalidad, las compañías ingresan un porcentaje no solo de la venta de discos, sino también de las entradas a conciertos, actos promocionales o merchandising aunque sean actividades que financie la banda total o parcialmente. Es algo que empezaron las discográficas medianas y pequeñas pero que se ha extendido a las multinacionales porque, recuerda Galán, "hay que adaptarse a cómo está el mercado para garantizar que la música tenga un futuro".

La diferencia principal reside, según el director de Subterfuge, en que las grandes compañías "ya no tienen ojeadores de grupos, sino ojeadores de 'likes' y seguidores, por lo que prefieren al Don Patricio de turno para mantener sus máquinas de hacer dinero a desarrollar la carrera de una banda de Pop o de Rock". Por ello, insiste a lo largo de toda la entrevista, "es nuestra obligación como sellos independientes estar en búsqueda constante del talento emergente". 

"Ese momento en que descubres una banda que te emociona, tiene contenido y además sabe conectar es un flechazo en el que me enamoro y a partir de ese momento me convierto en una boa constrictor para conseguir ficharlos", bromea Galán, quien reconoce que "para artistas que han estado en multinacionales pasar al sistema de un sello independiente puede ser difícil en un primer momento, sobre todo porque en 'una de las grandes' la compañía asume la mayor parte de la inversión". 

Es nuestra obligación estar en búsqueda constante del talento emergente

Como director de un sello "que no tiene que rendir cuentas", admite una evolución desde lo impulsivo de los primeros años de actividad al modelo de trabajo que tienen ahora. "Intento que sea una comunión, hago varias reuniones con los grupos para ver cómo podemos trabajar juntos porque hay veces que en un concierto lo tienes claro no mirando a los que están encima del escenario, sino mirando al público", argumenta.  

Carlos Galán, minutos después de su intervención en Cosmopoética 2019 / Laura Martín

Los datos arrojan luz sobre cómo año tras año, los pequeños sellos van comiendo terreno a los gigantes de la industria. El informe WINTEL 2018, que mide la cuota de mercado del sector independiente según la titularidad de los derechos, muestra que casi el 40% de la música grabada en el mundo ha sido editada por compañías como la que regenta Carlos Galán. Y los ingresos para los indies han crecido un 11,3%, llegando hasta los 6.900 millones de dólares frente a los 6.200 millones que se facturaban en 2016. 

No obstante, en nuestro país la cuota de mercado de los independientes se sitúa en un 19%, por debajo de la media global, pero los beneficios continúan al alza por las retribuciones que reciben los sellos de las plataformas de streaming como Spotify o Apple Music. De hecho, según el mismo informe, solo el 12% de los ingresos que reciben las discográficas españolas procede de los formatos físicos como el CD o el vinilo.  

Carlos Galán no es crítico con las plataformas digitales, sino que ha "preferido adaptarse a herramientas que son cómodas y que me permiten venir hasta Córdoba escuchando en mi móvil un disco de PJ Harvey que me encanta"