La 36 edición del Festival de la Guitarra de Córdoba echa a andar mañana viernes 1 de julio con el concierto que supone la vuelta a los escenarios de la mítica banda de rock 091. Los granadinos llegan al Teatro de la Axerquía (23:00 horas) en el marco de la gira Maniobras de resurrección, descriptivo nombre para definir un tour efímero y la oportunidad irrepetible de volver a ver y escuchar a la misma formación que dio su último concierto en Maracena (Granada) hace veinte años, en 1996. Los “resucitados” José Ignacio Lapido (guitarra) Tacho González (batería), José Antonio García (voz), Jacinto Ríos (bajo) y Víctor Lapido (guitarra) ofrecerán este concierto inaugural del Festival arropados por la gran expectación que ha causado en la escena musical española el regreso del grupo.
Está previsto que la gira dure exactamente un año, tiempo en el que la banda está recorriendo los principales festivales y auditorios del país como protagonista de uno de los grandes acontecimientos musicales del año. En palabras de José Ignacio Lapido, líder del grupo y poseedor de una brillante trayectoria en solitario desde hace más de 15 años, la razón del regreso de 091 parece muy simple: “Nos pareció -dice- buena idea celebrar el vigésimo aniversario de nuestra despedida con una maniobra de resurrección en forma de gira. Además, nos hicieron una propuesta interesante a nivel profesional y, por otro lado, nuestros seguidores llevaban muchos años clamando por nuestra vuelta... Si juntamos estas tres circunstancias ahí está la respuesta”. El guitarrista considera “asombroso” el revuelo que ha causado el regreso de la banda, y vuelve la vista atrás para recordar que, en su día, “nosotros no fuimos un grupo de gran éxito”. “Lo más decisivo -añade- es que nuestras canciones han mantenido su vigencia todos estos años y que nuestra actitud ha sido muy valorada con el paso del tiempo”.
091 iniciaron su trayectoria en 1982 y estuvieron en activo 14 años en los que grabaron ocho discos que han aparecido recurrentemente en las listas de mejores grabaciones de los 80 y 90. El grupo está considerado por la crítica como uno de los más relevantes del rock nacional. En su día consiguieron llamar la atención de Joe Strummer, líder de The Clash, que les produjo un disco en 1985 -Más de cien lobos, uno de sus álbumes más famosos-, y han sido recordados durante estos años por sus potentes actuaciones en directo y por unas canciones que han superado la prueba del tiempo. Temas como La Torre de la Vela, Qué fue del siglo XX, La vida qué mala es, Otros como yo o La noche que la luna salió tarde, canciones en las que aunaban el desgarro eléctrico del rock más genuino con la poética desesperanzada de sus letras, y que se han convertido en auténticos himnos para sus seguidores.
